Migración, un fenómeno difícil de detener
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Migración, un fenómeno difícil de detener

En Venezuela la fuga de talentos crece a ritmo galopante, mientras que las empresas ven impotentes cómo sus mejores profesionales y personal calificado prefieren probar suerte en otros países, muchas veces sin una oferta laboral firme.

La inflación (proyecciones de Bank of America indican que cerrará este año por encima de 170%), unida a la inseguridad y la falta de oportunidades, son los principales factores que impulsan la migración de talento venezolano.

De acuerdo con las cifras, los índices de rotación de personal están entre 25 y 45% anual, es decir, de cada 100 trabajadores, 45 renuncian a sus puestos de trabajo. Los jóvenes con edades comprendidas entre 23 y 30 años son los más dispuestos a dejar su país y probar suerte incluso en destinos que años atrás parecían impensables. Este sector considera que aquí no tiene buenas perspectivas profesionales o siquiera la posibilidad de adquirir una vivienda propia o un vehículo.

También están los profesionales entre 35 y 45 años, quienes generalmente ya tienen la responsabilidad de una familia y son más cautelosos a la hora de emigrar. Las principales motivaciones para dejar atrás la mitad de sus vidas son la seguridad personal y el futuro de los hijos. Este porcentaje es menor, pero no por eso menos importante.

Hay un tercer grupo de profesionales mayores de 45 años, a quienes los mueven los mismos motivos de tipo familiar, pero -exceptuando el caso de posiciones gerenciales y ejecutivas- sus posibilidades en el campo laboral disminuyen a medida en que aumenta su edad ya que, por ejemplo, para las empresas extranjeras es menos atractivo contratar a profesionales mayores de 50 años.

Las cifras señalan además que los hombres están más dispuestos a dejar el país por su inclinación hacia la aventura y su versatilidad para adaptarse a períodos más difíciles.

Este déficit de profesionales jóvenes en el mercado laboral se refleja en los portales de búsqueda de empleo, donde la mayoría de las ofertas van orientadas a personas con edades comprendidas entre 25 y 35 años, residenciadas preferentemente en Caracas o la región central del país, con formación universitaria (TSU, Licenciados o Ingenieros).

Sectores más afectados

Las áreas donde se ha detectado la mayor fuga de talentos son Desarrollo de Software y Tecnología de la Información. Al igual que sucedió luego del paro petrolero, en 2003, cuando los profesionales de la estatal petrolera despedidos fueron absorbidos por empresas de Colombia, Canadá y Medio Oriente, las empresas extranjeras aprovechan la crisis venezolana y ofrecen paquetes con atractivas remuneraciones a los mejores profesionales del país.

Hay una gran demanda externa. Empresas en el extranjero sobre todo en las áreas técnicas, se está buscando mucho talento en el área de Tecnología, todo lo que se refiere al Desarrollo de Software y Tecnología de la Información. Es un talento muy solicitado en muchos países latinoamericanos. Hay mucha fuga de profesionales hacia Colombia y Panamá. Las posiciones más buscadas son el área de Ingeniería, Tecnología y también el área gerencial en general.

Sobre este aspecto, los sectores profesionales con mayor dificultad para conseguir profesionales calificados son Informática y Salud. En promedio, cada aviso publicado, recibe más de 50 postulaciones, pero en estos sectores vemos en promedio, 11 y 7 postulados, respectivamente. Es decir, puede ser entre 5 y 7 veces más difícil conseguir los talentos requeridos en las áreas de Informática y Salud.

Mientras que las áreas profesionales con más demandantes de empleo son Administración, Informática, Contabilidad, Producción/Operaciones y Recursos Humanos.

No obstante, todos los sectores productivos, en mayor o menor grado, están siendo impactados negativamente por la migración de profesionales venezolanos. Esta situación deja sin margen de maniobra a las empresas especialistas en estos ramos, lo que incide también en la calidad de la prestación de este tipo de servicios.

Los profesionales que emigran de Venezuela tienden a tener competencias profesionales similares (o en algunos casos hasta superiores) a las requeridas en los países de acogida. Entre los problemas que deben afrontar los profesionales venezolanos que emigran no está particularmente su nivel de competitividad profesional.

Una economía atípica

En los países que tienen economías normales y saludables la remuneración es el último factor que retiene el capital humano en una empresa. De acuerdo con las estadísticas a nivel global, en encuestas realizadas en varios países, hay cinco elementos principales de retención de talentos: 46% de los empleados aprecia el ambiente de trabajo; 20% busca las oportunidades de desarrollo profesional; a 14% le gusta sentir que está en una empresa importante; 13% valora estar en una empresa innovadora y 7% se queda por la remuneración. En este caso el trabajador tiene satisfechas todas sus necesidades.

En el caso venezolano el escenario es otro, el problema que tenemos es que con la devaluación y la inflación el salario no alcanza. Si en una situación normal es una de las causas de menos importancia, aquí sí lo es, uno de los principales motivos de la salida es la altísima rotación por el poder adquisitivo del salario.

A esto se suma la situación de algunas empresas que están cerrando porque no tienen materia prima. Poseen una capacidad instalada mayor a lo que están produciendo y no tiene sentido mantener una operación en esas condiciones. Sobre todo para las transnacionales es poco atractivo operar en un país donde está restringida la producción y con el control de precios, eso produce márgenes muy bajos de ganancias y no hay los incentivos para operar desde Venezuela.

Compensaciones híbridas: una alternativa

A pesar de la poca capacidad de maniobra que tienen las empresas venezolanas para retener el capital humano, se considera que si los empleadores están dispuestos a hacer concesiones en cuanto a la estabilidad laboral y económica, esto podría influir y evitar un mayor éxodo de profesionales, por lo que se recomienda a las empresas que desean retener su capital humano, estar atentos a la forma como se mueve el mercado laboral.

En el caso de los sueldos hay que tratar de llegar hasta un monto que permita tener una nivelación racional con el poder adquisitivo. En vez de realizar dos ajustes salariales al año pueden hacer tres, por ejemplo, eso permitirá que de alguna manera el empleado vea a corto plazo un ajuste en la mejora de su salario”.

No obstante los beneficios sociales no deben tener impacto en las prestaciones (en una economía con una inflación tan grande las prestaciones pueden hasta quebrar una empresa porque los pasivos son más grandes).

En el caso de las transnacionales, las compensaciones híbridas (parte moneda local y otra en moneda dura) constituyen un atractivo para los empleados. Ya algunas empresas como las petroleras, vienen practicando esta modalidad.

Además, el hecho de que Venezuela siga siendo el país más barato del mundo también abre la oportunidad de prestar servicios desde aquí a empresas extranjeras, prestando servicios de outsourcing en procesos de call center, auditoría, mercadeo o cuentas por pagar, manejo de la tesorería. Las empresas del extranjero pueden de alguna manera aprovechar esto y para el mercado venezolano es una gran ventaja porque al crear fuentes de trabajo con empresas de afuera mejora la competitividad salarial porque hay más puestos de trabajo. El expresidente de Colombia Juan Manuel Santos hace unos años dijo que la actividad de VPO, es uno de los 10 motores importantes de desarrollo de Colombia, ya Colombia tiene más de 40 mil puestos de trabajo en VPO haciendo outsoursing administrativo para empresas fuera de Colombia y esas son las oportunidades que tenemos que crear en Venezuela para mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores.

No es mucho lo que pueden hacer las empresas para detener el tema de la migración de profesionales, las empresas pueden tratar de mantener competitividad en bolívares, pero conscientes de que el proceso de devaluación ha avanzado mucho más rápido que la inflación, por lo que competir contra los salarios fuera del país se hace casi imposible.

Es recomendable que las empresas se concentren en cuidar el talento con el que se cuenta, brindándoles el mayor bienestar posible dentro de las circunstancias que vivimos, eso incluye, beneficios sociales, buen clima organizacional, mayor frecuencia de aumentos salariales compensando al menos inflación, capacitación profesional, formación en cultura organizacional y mucha comprensión humana.

En medio de la situación económica tan adversa, Venezuela sigue siendo un país de grandes oportunidades, hay que confiar en que una vez se corrijan las distorsiones, la situación cambie. Las ventajas de ese nuevo escenario las capitalizarían las empresas que se están quedando, con mucho sacrificio, las cuales estarán aquí para recibir las nuevas inversiones y recuperar la competitividad laboral.

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